La Haya condenó por crímenes contra la humanidad a Bosco Ntaganda

La Haya condenó por crímenes contra la humanidad a Bosco Ntaganda

El exjefe de milicia congoleño Bosco Ntaganda, condenado por crímenes contra la humanidad, este lunes en la Corte Penal Internacional de La Haya

Bosco Ntaganda, antiguo comandante de milicias rebeldes en Ruanda, y también de fuerzas del Gobierno en la República Democrática del Congo, ha sido declarado este lunes culpable de 18 cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya (Holanda). Perpetrados entre 2002 y 2003 en Ituri, en el noreste congoleño, Ntaganda era apodado Terminator por sus métodos despiadados, que incluían violaciones y ataques a machetazos. Los jueces consideran probado que convirtió a mujeres en esclavas sexuales, reclutó niños soldado e instigó asesinatos cometidos por sus hombres. El procesado dijo en su defensa que se considera “un revolucionario, no un criminal”.

Los jueces de la CPI anunciarán la pena de cárcel que le imponen en una vista posterior, pero Ntaganda pudo hablar la pasada semana antes de conocerse este lunes el fallo, y dijo: "Me llaman Terminator, pero ese no soy yo; no me reconozco”. Luego añadió que nunca atacó a civiles, y adujo que los protegía. Durante el juicio, sin embargo, los abogados de las víctimas lograron demostrar “más allá de toda duda razonable”, como les pedían los jueces, que niñas de 12 años fueron obligadas a servir de “esposas” de los comandantes rebeldes. “La violación era una práctica común”, alegó el procesado, al escuchar el relato de una niña de nueve años atacada por milicianos a sus órdenes.

Huido durante los siete años posteriores a la orden de arresto de 2006, pero con apariciones públicas orquestadas por él mismo, Ntaganda fundó en 2012 el grupo rebelde congoleño M23. En 2013, se entregó por sorpresa en la Embajada de Estados Unidos en Kigali (Ruanda) y fue trasladado a la Corte Penal, con sede en Holanda. Los estatutos de la CPI descartan la pena de muerte, y HRW presume que el condenado reapareció y se entregó para evitar un proceso que acabara en el patíbulo en otro lugar.

Fuente: www.elpais.com