En Estados Unidos el coronavirus aun mata a cientos por día. La economía se desploma, con millones de desempleados. Y, mientras tanto, el presidente Donald Trump abre una disputa de poder con gobernadores estatales.
El pulso gira en torno a quién y cómo se reabrirá la actividad tras el cierre provocado por la pandemia de covid-19 en EE.UU., el país con más casos y muertos confirmados por la enfermedad en todo el mundo.
Trump sorprendió al afirmar el lunes que, según disposiciones de la Constitución que evitó citar, la decisión final le corresponde a él.
"Cuando alguien es el presidente de Estados Unidos, la autoridad es total", dijo Trump en una conferencia de prensa.
Pero esa afirmación es contradecida por expertos en derecho y fue respondida por gobernadores estatales que buscan coordinar estrategias regionales para salir de la emergencia sanitaria.
"No tenemos un rey en este país", dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, este martes y advirtió que la disputa puede provocar "una crisis constitucional".
En medio de una de las peores crisis sanitaria y económica que EE.UU. recuerde en décadas, la controversia agregó un nuevo punto de tensión en el país.
"No pueden"
Las diferencias entre la Casa Blanca y gobiernos estatales por la pandemia asoman desde hace semanas, y crecieron a medida que Trump es criticado por su manejo de la situación.
Al principio Trump relativizó la amenaza del virus, diciendo a fines de febrero que iba a desaparecer como por "milagro", y el domingo señaló que la responsabilidad del combate a las infecciones recaía en los gobernadores estatales.
De hecho, fueron los estados que decidieron por separado cerrar comercios, escuelas y pedir a sus habitantes que permanezcan en sus casas, incluso antes que la Casa Blanca emitiera directrices al respecto.
Pero Trump cambió de actitud el lunes, después que el gobernador de Nueva York —en el epicentro de la pandemia— sugiriera que lo peor podría haber pasado.
Cuomo anunció el mismo día junto a seis colegas suyos del noreste de EE.UU. que diseñarían un plan conjunto para reabrir sus economías, bajo el supuesto de que carece de sentido y sería riesgoso actuar por separado.
Lo mismo hicieron gobernadores en la costa oeste del país.
Entonces Trump los refutó y dijo que él definirá la ansiada reapertura de la economía: "No pueden hacer nada sin la aprobación del presidente de los Estados Unidos", sostuvo.
Este martes, el mandatario comparó su pulso con los gobernadores con una película sobre un motín en un barco.
No obstante, casi al final del día, pareció cambiar el tono al indicar que va a hablar con cada uno de los gobernadores y estará "autorizando" a algunos estados a reabrir, incluso antes del 1º de mayo, con directivas de la Casa Blanca.
La autoridad que se adjudicó Trump para decidir en este asunto ha sido rechazada por expertos legales y constitucionales.
"El presidente no tiene el poder formal que afirma", dice Peter Shane, un profesor de derecho en la Universidad Estatal de Ohio experto en presidencia y separación de poderes, a BBC Mundo.
"Bajo nuestro sistema constitucional, la autoridad general para regular la salud y seguridad públicas pertenece a los estados, no al gobierno federal", agrega.
A su juicio, si bien Trump puede emitir directrices, cualquier señal suya a favor de relajar las medidas contra el coronavirus podría complicar políticamente a gobernadores que crean necesario mantener las restricciones.
"Tenemos un presidente que simultáneamente afirma que tiene todo el poder", dice Shane, "pero no se responsabiliza por nada que no sea una respuesta efectiva del gobierno".
"Ninguna presión"
La actitud de Trump ha causado notorio malestar en gobiernos estatales.
Ned Lamont, gobernador de Connecticut, acusó al presidente de lanzar "granadas de mano verbales". J.B. Pritzker, gobernador de Illinois, sugirió a Trump leer la Constitución.
Si bien ambos son demócratas, al igual que Cuomo, también hubo gobernadores republicanos que avisaron que tienen la palabra final para reabrir sus economías.
"Los gobernadores que tomaron individualmente esas decisiones (de cerrar actividades) tendrán la última decisión de lo que hacer con sus estados", dijo Larry Hogan, gobernador de Maryland y miembro del Partido Republicano de Trump, en la cadena CNN.
El temor de algunos gobernadores es que una reapertura anticipada de la actividad produzca un nuevo aumento descontrolado de casos de coronavirus.
A este tema de por sí delicado se añade ahora otro asunto históricamente sensible para EE.UU., como lo es el equilibrio de poderes entre el gobierno federal y los estados.
Cuomo afirmó que en ese balance constitucional está la esencia de la democracia estadounidense desde el origen mismo del país.
La curva de casos de covid-16 parece haber alcanzado una meseta en el estado de Nueva York, pero el lunes fue uno de los días con mayor número de muertos registrados por la enfermedad: 778.
El estado suma un total de 10.834 fallecidos oficialmente a causa de la pandemia según datos oficiales y Cuomo cuestionó dónde está el dinero para hacer pruebas del virus, desinfecciones, conseguir millones de mascarillas, guantes y equipamiento médico.
"Estoy quebrado", dijo. "No hay forma elegante de decir que tenemos un déficit de US$10.000 millones".
Sin embargo, sostuvo que evitará entrar en una "pelea" con Trump en estos momentos.
Y el presidente dijo que está dispuesto a darle plazo a Cuomo. "Quiero que se tome su tiempo", señaló. "No estoy poniendo ninguna presión en los gobernadores".
Fuente: www.bbc.com/