Y este jueves, un grupo de 13 países miembros de la UE manifestaron su "profunda preocupación" por el uso de medidas extremas que algunos gobiernos han adoptado para hacer frente al coronavirus.
Mientras la polémica ley aprobada por el Parlamento húngaro esté vigente, el país no celebrará elecciones.
Esto también ha generado incertidumbre sobre el futuro de la nación y una serie de denuncias sobre lo que algunos califican como un presunto "desmantelamiento de la democracia" en un país miembro de la Unión Europea.
"Suspende casi todos los aspectos democráticos en Hungría"
"Orbán ha estado desmantelando la democracia ya por bastante tiempo y (ahora) se está aprovechando de una emergencia real para continuar haciéndolo", le dice a BBC Mundo John Shattuck, profesor de la Escuela de Derecho y Diplomacia Fletcher, en Massachusetts, EE.UU., y experto en Hungría.
"Se negó a que el decreto de emergencia se limitara a la duración de la crisis sanitaria y ahora simplemente no hay límite ", agrega.
Diferentes partidos de oposición han criticado que no haya limitación al tiempo que el gobierno puede dirigir el país sin ningún tipo control parlamentario, pidiendo que el decreto dure 90 días.
Pero la propuesta fue rechazada por el gobierno de Viktor Orbán bajo el argumento de que no se sabe cuánto durará la pandemia.
Shattuck, quien fue también rector de la Universidad Centroeuropea de Budapest, asegura que, con esta medida, Orbán no solo incrementa sus poderes "ya de por s í autoritarios ", sino que también "suspende casi todos los aspectos democráticos en Hungría".
"La democracia está viviendo momentos tristes: esta es la primera democracia europea que cae a causa del coronavirus", afirma.
De igual forma, el catedrático estadounidense considera que la ley aprobada es "innecesaria " para luchar contra el covid-19.
"Otro paso simbólico"
Cuando Orbán asumió el poder en 2010, varios medios de comunicación como Origo -uno de los principales sitios de información en Hungría- eran críticos de su gobierno.
Pero, en la actualidad, esto ha cambiado. Diez años después, la mayoría de ellos se han vuelto adeptos al gobierno o simplemente prefieren guardar silencio.
Esto se puso en evidencia en 2018, luego de que tanto medios estatales como independientes le dieran escasa cobertura a las violentas protestas de diciembre de ese año, cuando miles de húngaros salieron a las calles a manifestarse en contra de dos leyes que habían sido aprobadas por el Parlamento.
Una obligaba a los empleados a trabajar hasta 400 horas suplementarias al año y otra creaba un sistema judicial paralelo, algo que muchos consideraron que ponía en riesgo la independencia judicial del país.
El politólogo húngaro Andras Biro-Nagy considera que el declive de la democracia en Hungría no es novedad y que este es simplemente "otro paso simbólico" en la instalación de un régimen autoritario en Hungría.
Un régimen híbrido
En diálogo con BBC Mundo, Biro-Nagy, también director del instituto de investigación europeo Policy Solutions, con sede en Budapest, dice que la novedad es que esta nueva ley le da al dirigente la potestad de decidir cuando debe terminar la crisis del coronavirus.
"Pero Orbán no es precisamente famoso por devolver poderes voluntariamente", advierte.
"De hecho, Hungría normalmente es clasificado como un régimen híbrido, lo que significa que ya no es una democracia, pero aún no es una dictadura".
En el último informe anual de libertad en el mundo elaborado por Freedom House, un organismo con sede en Nueva York, Hungría resulta el único Estado miembro de la UE en ser clasificado como "parcialmente libre " por segundo año consecutivo.
Además, figura como el octavo país cuya democracia ha sufrido el peor declive durante los últimos 10 años en el mundo, al lado de países como Venezuela o Nicaragua .
En una entrevista con el diario estadounidense New York Times, Gyorgy Schopflin, diputado del partido de Orban en el Parlamento Europeo, argumentó que los críticos del mandatario húngaro "suponen que solo hay un modelo simple de democracia" y que "las personas que insisten en que la única (forma de) democracia es la democracia liberal, la ponen en peligro".
El informe de Freedom House cita preocupaciones sobre una superposición generalizada entre los recursos del Estado y del partido gobernante, crecientes violaciones de los derechos humanos y una usurpación de las libertades de instituciones académicas y medios de comunicación independientes.
"Elecciones libres, pero no justas"
Al ser cuestionado sobre los aspectos democráticos restantes en su país, Biro-Nagy menciona uno sobre el que el gobierno húngaro suele apoyarse y utilizar para subestimar las acusaciones de autoritarismo: las elecciones.
"Todavía tenemos elecciones . Sin embargo, las elecciones son libres pero no justas".
"Los votantes son libres de ir y de votar, pero existe una parcialidad hacia el partido de gobierno en todos los aspectos, lo que hace que sea extremadamente difícil para cualquier partido oposición tener una oportunidad contra el gobierno", explica el politólogo.
Con la aprobación de esta ley, Biro-Nagy cree que Orbán mantendrá el estado de emergencia "el mayor tiempo posible".
"También abusará de la situación para impulsar algunas reformas que de otro modo probablemente no habría podido hacer", prosigue.
No obstante, Orbán se ha comprometido a usar sus nuevos poderes "proporcional y racionalmente" y prometió regresarlos "cuando termine la emergencia".
¿El artículo 7 como solución?
Y durante este tiempo, tanto los gobiernos europeos como el estadounidense podrían estar ocupados tratando de solventar la pandemia de coronavirus.
"Los miembros de la UE y EE.UU. están tan preocupados por sus propias crisis sanitarias que creo que es improbable que hagan algo en el corto plazo aparte de mostrar su desacuerdo, presiente el profesor Shattuck.
Una manera de presionar al gobierno húngaro ante este movimiento calificado como antidemocrático por algunos expertos, podría ser invocar el artículo 7 del Tratado de Lisboa, que le quitaría a Hungría el derecho de voto en el Consejo, opina Shattuck.
Pero esta posibilidad ha sido descartada por algunos expertos, pues para aplicarla se requiere el acuerdo de todos los Estados miembros del organismo.
Y, de darse un voto, se prevé que Polonia, un gran aliado del gobierno húngaro en el continente, rechace su aprobación.
Fuente: www.bbc.com/