La compleja negociación entre el oficialismo y la oposición para sancionar esta iniciativa, colocó en el escenario de poder a los nuevos jugadores que serán clave durante la presidencia de Alberto Fernández
Alberto Fernández exhibió su flexibilidad política para lograr la bancada de diputados de Juntos por el Cambio permitido sancionar la ley de Emergencia Electoral . Asumiendo que Mauricio Macri comenzó a ceder su liderazgo en la oposición, el presidente resolvió en los gobernadores de Mendoza, Jujuy y Corrientes, que son radicales y necesitaron la Casa Rosada nos los entierre en el ostracismo político.
Alberto Fernández cumplió una larga reunión con Gerardo Morales, Rodolfo Suárez y Gustavo Valdés para iniciar un proceso de acuerdo político institucional que pretende extender durante todo su mandato. Morales, el gobernador de Jujuy, está jaqueado por Milagro Sala y el déficit primario provincial: Suárez aprovechara la suspensión del Pacto Fiscal que afecta las cuentas mendocinas y Valdés la promesa de apoyo institucional de la Casa Rosada.
El presidente se fue del cónclave con la certeza de haber encontrado un artilugio político que le permitió influir en la toma de decisiones de las bancadas de diputados y senadores de Juntos por el Cambio.
Alberto Fernández no estaba equivocado. Morales, Valdés y Suárez comenzarán a operar en el bloque opositor en la Cámara Baja para lograr que haya quórum en la sesión especial para tratar la Emergencia Económica. Más inteligente, sin tanta exposición política, hizo lo mismo Horacio Rodríguez Larreta, que ya está flanqueado por el Presidente y el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
En una negociación que se emprendió en distintos conflictos -Balcarce 50 y el Congreso-, causó más de una trifulca en Juntos por el Cambio, fue monitoreada por Alberto Fernández y su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, la oposición en Diputados directamente la sesión para que juraran los nuevos legisladores y luego bajen al recinto en otra sesión especial que trataría la Emergencia Económica.
Al tiempo que Christian Ritondo, Alfredo Cornejo, Elisa Carrió, Luciano Laspina, Waldo Wolf y Mario Negri -entre otros-, trataban de frenar las ansias proto oficialistas de los gobernadores radicales Cornejo, Sáenz y Valdés, el Presidente hizo su faena con Roberto Lavagna que maneja un bloque de once diputados.
Alberto Fernández y el exministro de Néstor Kirchner siempre tuvieron una relación en zigzag que los años y las circunstancias políticas transformaron casi en una línea recta. El Presidente concedió a Lavagna puestos claves en el Banco Central, la Comisión Nacional de Valores, el INDEC, el Banco Nación y la diplomacia. Y el excandidato presidencial opositor ordenó que su bancada votará la Emergencia Económica.
Cuando terminó el debate en Diputados, y se desnudó la diferencia que hacia el proyecto oficial respecto a las jubilaciones especiales, quedó develado cómo sería la relación entre el Poder Ejecutivo y la Cámara Baja, y que legisladores tienen la capacidad de protagonizar los próximos lances políticos en el recinto de sesiones.
Ritondo, Cornejo y Negri asumirán la responsabilidad de liderar la bancada ante la ausencia de Macri y Marcos Peña, que salieron de vacaciones y aún meditan cómo jugarán en esta compleja etapa institucional.
Al otro lado, en el oficialismo, Sergio Massa manejo con criterio la sesión de Diputados, articuló con facilidad las intenciones de Alberto Fernández y negoció en relativa armonía con Ritondo -son amigos- y con Cornejo y Negri, adonde siempre prima la desconfianza mutua.
La situación en el Senado fue distinta. Cristina Fernández de Kirchner no tiene problemas en cuestionar a sus compañeros justicialistas en pleno recinto, mientras Juntos por el Cambio cruje por las posiciones diferentes que exhiben distintos senadores de la oposición.
Martín Lousteau propuso no dar quórum en la sesión para trabar la Emergencia Económica y obligar al Presidente a iniciar una negociación política que modificara ciertos aspectos controvertidos de la normativa. El senador Lousteau conoce -mucho- a Alberto Fernández y usaba esa ventaja para colocar la urgencia del gobierno como una palanca a favor de la oposición parlamentaria.
A diferencia de Diputados, adonde Juntos por el Cambio no bajó al recinto hasta que el Frente de Todos obtuviera quórum propio, en el Senado era clave participar del comienzo de la sesión especial para evitar que el oficialismo obtuviera los 2/3 de los senadores presentes que hablitaban el debate de la Emergencia Económica.
Si los senadores de Juntos por el Cambio bajaban a la sesión especial, no se trataba la Emergencia Económica por ausencia de quórum especial. Y en caso contrario, si esperaban en el pasillo del recinto o se escondían detrás del cortinado, la bancada del Frente de Todos podía habilitar la sesión y empujar la Emergencia Económica hasta su promulgación.
Lousteau sumó a Julio Cobos, Pamela Varasay, Esteban Bullrich y Alfredo de Angelis, entre otros senadores, para bajar al recinto y obligar a Alberto Fernández y Cristina Fernández a una negociación que atenuara ciertas facultades que el Poder Legislativo cedía al Poder Ejecutivo.
En un cuarto intermedio, con el debate trabado por la estrategia de Lousteau, los gobernadores Morales, Valdés y Suárez, empezaron a operar para que la bancada opositora libere la Emergencia Económica. Es decir: aguardar en los pasillos o esconderse detrás del cortinado, hasta que CFK anunciara que se iniciaba la sesión especial.
El senador Humberto Schiavoni, afiliado al Pro, tenía una posición diferente que su colega radical Lousteau. Schiavoni pensaba que había que permitir que se sancionara la Emergencia Económica y que ya habría otras oportunidades para esgrimir una oposición parlamentaria más activa.
Schiavoni se fue del bloque de Juntos por el Cambio para negociar una salida con mayas, el titular de la bancada del Frente de Todos. No tenía mandato para aceptar las condiciones del senador peronista que tenía que explicar el castellano al Vicepresidente de la Cámara Alta.
Mayans fue simple y eficaz: convenció a Schiavoni de bajar al recinto, debatir hasta la madrugada del sábado y pasar las fiestas con la familia.
No quedó bien la relación política entre Lousteau y Schiavoni. A las 3.53, la Cámara Alta sancionó la ley de Emergencia Económica.
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