El Presidente llegó 15 minutos después que el gobernador. Del encuentro participan Santiago Cafiero y Wado de Pedro. Los dirigentes buscan dejar atrás la polémica generada entre Sergio Berni y Sabina Frederic.
Alberto Fernández está reunido con Axel Kicillof en la Casa Rosada. En el encuentro están presentes -además- el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Wado de Pedro. El gobernador de la provincia de Buenos Aires tuvo que esperar durante 15 minutos al jefe de Estado, ya que Fernández llegó a la Casa de Gobierno a las 10.45 de la mañana, gesto que generó algunas lecturas en los pasillos del poder, como que quiso dejarlo esperando, lo que fue desestimado por fuentes oficiales.
Ante la preocupación que se generó en la población, Fernández ordenó que se mantenga la presencia de los efectivos federales y así se lo transmitió a Kicillof en la conversación telefónica. Ambos ratificaron a sus respectivos ministros y sus políticas y acordaron seguir conversando sobre sus diferencias en forma personal.
En efecto, el encuentro fue pensado para alivianar las tensiones y evitar especulaciones que debiliten a ambos, en una semana delicada para la gestión, cuando se inicia una nueva fase en la renegociación de la deuda, con la llegada de una delegación del FMI que aterrizará en la Argentina el miércoles y se quedará por casi una semana.
Pero hay una preocupación por lo que algunos creen que se trata de “una escalada” de diferenciación entre sectores kirchneristas y sectores que ya se denominan “albertistas”, que se inició con la discusión acerca de si existen o no presos políticos en la Argentina como plantearon los ministros Eduardo “Wado” de Pedro y Elizabeth Gómez Alcorta, si hay que pedirle al FMI o no una quita de la deuda como planteó Cristina Fernández de Kirchner en La Habana, Cuba y, finalmente, la política que hay que encarar en materia de seguridad.
En el equipo del Gobernador, por otro lado, creen que la Casa Rosada interviene en la agenda de los medios para perjudicarlos y están especialmente preocupados por lo que consideran como un “intento de deslegitimación” de las políticas que viene implementando desde el 10 de diciembre “con la complicidad de algunos intendentes”. En confianza, incluso, transmiten preocupación por el intento del jefe de Gabinete de sumar respaldo bonaerense para el Presidente.
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