La transmisión de Apolo 11 es la más asombrosa de la historia

La transmisión de Apolo 11 es la más asombrosa de la historia

Neil Armstrong y Buzz Aldrin colocando la bandera estadounidense en la Luna en 1969.

 La fascinante cobertura televisiva del aterrizaje del Apolo 11 en la Luna hace 50 años trajo imágenes e ideas que hasta entonces eran impensables a los hogares de millones de personas, provocando un profundo impacto en la cultura pop y la psique estadounidense.

Cuando la nave espacial Águila aterrizó en la superficie de la Luna el 20 de julio de 1969, una cámara de televisión montada en su costado capturó los primeros pasos y las palabras del astronauta Neil Armstrong y los envió a través de cientos de miles de kilómetros a cientos de millones de personas pegadas a los televisores.

Walter Cronkite, presentador de la cobertura de la misión Apolo 11 de la cadena estadounidense CBS, se quedó sin palabras en un primer momento. Después, pudo exclamar: "¡El hombre en la Luna!... ¡Oh, chico!... ¡Wow, chico!"

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Más tarde recordó que esperaba decir algo más profundo, pero las palabras que le salieron fueron "todo lo que pude decir".

Sin embargo, la calidad general y el tono erudito de la cobertura de Cronkite durante todo el día, como parte de un esfuerzo mediático sumamente dedicado, tuvieron una gran influencia en las percepciones de la misión.

La cobertura representó la culminación de lo que fue una enorme campaña de relaciones públicas que se remonta a la creación de la NASA, en 1958, y que fue sostenida por publicistas de la agencia espacial y políticos por igual, con el fin de crear conciencia sobre la misión Apolo por una variedad de razones de interés propio.

Cronkite, quien gracias a su noticiero era conocido como "el hombre más confiable de Estados Unidos", estuvo al aire durante 27 de las 30 horas que le tomó a la tripulación del Apolo 11 completar su misión.

"Cronkite fue más poético que nunca", recuerda Edward Sills, quien era un adolescente cuando vio el aterrizaje desde su sala de estar en Long Beach, Nueva York. "Fue un evento increíble para un niño de 13 años, pero Cronkite también lo vio con ojos jóvenes".

Fuente: www.bbc.com