Usando su propia sangre Steven Carrillo escribió algunas frases sobre el capó de un Toyota Camry blanco.
El vehículo había sido robado por este sargento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos después de enfrentarse a disparos el pasado 6 de junio con un grupo de policías del condado de Santa Cruz (California).
En el tiroteo murió el agente Damon Gutzwiller.
Según la versión de las autoridades, los funcionarios habían acudido al lugar tras recibir una denuncia de que había una camioneta abandonada con armas de fuego, municiones y materiales para construir una bomba.
La descripción del vehículo coincidía con la de una van utilizada el pasado 29 de mayo para matar a David Patrick Underwood, un agente del Servicio de Protección Federal, que ese día estaba resguardando la sede de los tribunales en la ciudad de Oakland (California).
Underwood custodiaba las instalaciones cuando desde la parte trasera de una camioneta abrieron fuego, acabando con su vida e hiriendo de forma crítica a otro guardia.
Carrillo, quien ya había sido señalado por la muerte de Gutzwiller, fue acusado este martes también por el homicidio de Underwood.
Según el FBI, un segundo hombre, Robert Alvin Justus, confesó haber sido el conductor de la camioneta usada en el ataque en el que murió Underwood, por lo que también está siendo procesado.
Estas muertes, los mensajes de Carrillo sobre el capó del auto y los materiales encontrados en la camioneta abandonada han puesto la atención de las autoridades sobre algo inquietante: la posible relación de los imputados con un peligroso movimiento de extrema derecha conocido como los Boogaloo Bois, cuyos miembros habrían estado aprovechando la ola de protestas que ha vivido Estados Unidos este año para sus propios objetivos.
¿Quiénes son?
Armados y radicales
Más que una organización jerárquica, los Boogaloo Bois son un movimiento en línea que no tiene líderes definidos y que surgió de un chat en internet sobre armas de fuego.
"El nombre es una referencia a una película de 1984, Breakin '2: Electric Boogaloo, que los miembros usan para referirse a un conflicto armado con las autoridades y las fuerzas del orden, algo parecido a una guerra civil", señala Shayan Sardarizadeh de BBC Monitoring.
Considerados por algunos como una suerte de milicia, sus miembros portan con frecuencia armas largas.
Durante las protestas organizadas en Detroit tras la muerte bajo custodia policial del afroestadounidense George Floyd, varios seguidores de este movimiento fueron vistos en la ciudad aparentemente apoyando al movimiento Black Lives Matter.
Armados y vistiendo camisas hawaianas y ropa militar aseguraban que acudían a las protestas para "proteger a los manifestantes de la policía".
Y es que la agenda de los Boogaloo Bois se caracteriza por su defensa radical al derecho a portar armas de fuego y por su postura radical antigubernamental.
De allí su deseo de una segunda Guerra Civil en Estados Unidos, pues la ven como la vía para poner fin al gobierno.
Y, aunque sus seguidores suelen distribuir por internet memes que consideran humorísticos, los expertos alertan que sus intenciones son realmente peligrosas.
"Ellos no quieren tener 1.000 personas en la calle. Están interesados en tener seis personas que puedan hacer y detonar una bomba", dijo sobre este movimiento Kathleen Belew, profesora de historia especializada en movimientos paramilitares en Estados Unidos, a The New York Times.
Un movimiento muy activo
La imputación contra Carrillo es el último de una serie de episodios recientes que involucran a los Boogaloo Bois.
En los últimos meses ha habido arrestos de personas vinculadas a ese movimiento en Colorado, Texas y Ohio. Según las autoridades, los detenidos tenían planes de emboscar a funcionarios de las fuerzas de seguridad.
Tras las órdenes de confinamiento por la pandemia del coronavirus, hubo seguidores de este movimiento extremista que respaldaron las protestas de los grupos conservadores que exigían la reapertura de las actividades económicas en Texas y que se apostaron con armas de fuego en las puertas de algunos comercios para apoyar su reapertura en desafío a las órdenes de confinamiento.
Luego, en mayo, un militar activo y dos veteranos fueron arrestados por intentar generar violencia entre la policía y los manifestantes que protestaban por el asesinato de George Floyd. Dos de ellos tenían vínculos con los Boogalo Bois.
En todos estos incidentes, los seguidores de este movimiento apuntaban en una misma dirección: sacar provecho de las protestas para causar caos.
"Me volví irracional" y "detengan al duopolio" fueron dos de las expresiones que escribió con su sangre Carrillo en el capó del Toyota Camry.
La primera expresión es atribuida a Marvin Heemeyer, un hombre que en 2004 derribó 13 edificaciones en Colorado por una disputa relacionada con normas de zonificación urbanística y que es considerado como un héroe entre los grupos extremistas antigubernamentales.
La segunda frase no tiene vínculos con la violencia política sino que se asocia con las críticas que se formulan en contra del Partido Republicano y del Partido Demócrata, cuya hegemonía supuestamente no deja espacio para el ascenso de movimientos políticos de otras tendencias como los libertarios.
El FBI revisó las cuentas en Facebook de Carrillo, por donde este había contactado a Robert Alvin Justus, y encontró mensajes que parecen indicar sus intenciones.
"Usemos su rabia para alimentar el fuego. Piensen de forma no tradicional. Tenemos una multitud de gente enardecida para usar a nuestro favor", escribió en un comentario en relación con las protestas de Black Lives Matter en Oakland.
"Es una gran oportunidad para hacer blanco en los especiales 'soup bois'", dijo en otro comentario que iba acompañado de un video de una multitud atacando a dos patrullas de la policía de California.
La expresión "bois" es usada en los chats de internet como una forma alternativa de "boys" (muchachos) y la palabra "soup" (sopa) es la abreviación de "sopa de letras", que es como los miembros de Boogaloo Bois se refieren de forma genérica a las agencias de seguridad del estado sin mencionar específicamente sus distintas siglas.
Así, para estas autoridades no hay dudas sobre lo que buscaban Carrillo y Justus. "Ellos vinieron a Oakland a matar policías", señaló el martes John F. Bennett, el agente especial del FBI a cargo del caso.
Falta por ver qué dicen los tribunales.
Fuente: www.bbc.com/