Teniendo en cuenta que cuando se firmó la Constitución de Estados Unidos -hace 233 años, 76 antes de la abolición de la esclavitud- se consideraba que un individuo negro contaba como tres quintos de uno blanco, se pensaría que el panorama para los afroestadounidenses ha mejorado notablemente.
Sobre todo en las últimas décadas, los avances han sido notables en varios frentes, desde la educación y la representación política nacional y regional, hasta los negocios, los deportes y el arte.
Sin embargo, el hecho de que se reconozca el éxito de algunos ciudadanos negros no significa que, como grupo demográfico, hayan logrado la paridad con sus pares blancos en términos de ingresos, oportunidades, estado de salud y relaciones con las instituciones de la ley y la justicia.
Algunos analistas señalan que la sociedad estadounidense arrastra aún el lastre de la esclavitud y las estadísticas indican la existencia de una profunda desigualdad entre ambos grupos de población.
Eso a su vez conlleva la tensión que en los últimos días, y tras la muerte de George Floyd estando en custodia policial, ha estallado en forma de protestas en varios puntos del país.
A continuación te presentamos cuatro datos que ilustran la desigualdad e injusticia que enfrentan los afroestadounidenses.
1. El doble de probabilidades de vivir en la pobreza
La diferencia de ingresos es uno de los aspectos más notables de la desigualdad entre negros y blancos.
Según el Centro de Investigación Pew, en promedio los negros tienen el doble de probabilidades de ser pobres o de estar desempleados que los blancos.
Las familias afroestadounidenses ganan poco más que la mitad de lo que ingresan las blancas.
Y, en términos de patrimonio neto, los hogares blancos son por lo menos 10 veces más ricos que los negros, de acuerdo a las estadísticas de 2017 de la Reserva Federal.
En promedio, el de las familias blancas es de US$933.700 y el de las negras US$138.200.
Es una brecha que se ha estado ampliando desde la crisis bancaria e inmobiliaria que afectó al país y el mundo entre 2007 y 2009, la llamada Gran Recesión.
Aunque la tasa de desempleo se redujo considerablemente desde entonces (y antes de la pandemia del coronavirus), entre la población negra se registra el doble que entre la blanca, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales del gobierno.
Por otra parte, la desigualdad también es notable entre los que cuentan con la misma formación académica, de acuerdo al análisis del Centro Pew.
Así, los empleados negros graduados con licenciatura ganan significativamente menos que sus pares blancos.
En 2016, el patrimonio mediano de familias blancas encabezadas por un graduado universitario era de US$396.100, y de US$100.000 en el caso de las negras de esa misma condición.
2. El doble de probabilidades de morir en enfrentamientos con la policía
La tasa de muertes en enfrentamientos con las fuerzas del orden es muy superior entre la población afroestadounidense en comparación con la blanca.
El 24% de los muertos a manos de la policía son negros, aunque el grupo sólo constituye 13% del total de la población del país, de acuerdo a la ONG Mapping Police Violence.
El diario The Washington Post lleva un registro detallado de cada tiroteo mortal en el que ha estado involucrado un policía y que arroja datos similares.
Aunque son más las personas blancas las que anualmente mueren a tiros por la policía, las personas negras tienen más del doble de probabilidades de ser acribilladas.
Esto refleja la gran discrepancia entre cómo se percibe el trabajo de la policía entre una comunidad y la otra.
En una encuesta realizada por John Gramlich, investigador del centro Pew, en 2019, el 84% de los adultos negros consultados dijo que la policía los trata peor que a la comunidad blanca.
Asimismo, el 44% de los afroestadounidenses entrevistados aseguró haber sido detenido injustamente por la policía debido a su raza, algo que afirmaron el 19% de los hispanos, el 16% de los asiáticos y el 9% de blancos encuestados.
Una investigación llevada a cabo dentro de la propia policía reveló cómo los agentes negros y los blancos tienen una percepción distinta de ciudadanos afroestadounidenses en enfrentamientos con las fuerzas del orden.
El doble de agentes negros que blancos expresó que el fenómeno era una señal de un problema más profundo dentro de la policía.
3. Seis veces más presos
En general, la población reclusa ha disminuido notablemente en los últimos años en Estados Unidos, pero los negros continúan teniendo mucha más probabilidad de estar en la cárcel que los blancos.
Según cifras recogidas por el Centro de Investigación Pew, en 2018 la población carcelaria era en un 33% negra y en un 30% blanca. Sin embargo, los blancos representan el 60% de la población adulta del país y los negros el 12%.
En 2018 había 2.272 reclusos por cada 100.000 negros adultos, una tasa casi seis veces mayor comparada a los 392 encarcelados por cada 100.000 adultos blancos.
La diferencia aumenta si los datos se desglosan para analizarlas demográficamente por edades.
Por ejemplo, uno de cada 20 jóvenes negros (que tienen alrededor de 30 años) está preso en una cárcel estatal o federal.
El abogado y activista social negro Bryan Stevenson reveló unos números aún más dramáticos en una charla TED de 2012.
En ese entonces, afirmó que uno de cada tres hombres negros entre 18 y 30 años estaban en la cárcel o en libertad condicional.
Y en centros urbanos, como Los Ángeles, Filadelfia, Baltimore, Washington, entre el 50% y el 60% se encuentran en prisión.
4. Una tasa de mortalidad infantil doble
La mortalidad infantil refleja los bebés muertos antes de cumplir un año.
Esa tasa no sólo ofrece información sobre la salud de la criatura y su madre, sino es un buen indicador de la salud de una sociedad en general.
En el caso de la comunidad afroestadounidense, en 2016 esa tasa fue de 11,4 por cada mil nacimientos, mientras entre la blanca fue de 4,9 por cada mil en la comunidad blanca, según lo registrado por los Centros de Control de Enfermedades y Prevención (CDC).
Las razones por las que muere un bebé son múltiples, pero hay algunas que tienen que ver con el estado de salud de la madre, sus condiciones de vida durante el embarazo, su estado emocional y la dieta.
Estas pueden estar relacionadas a las pobres condiciones socioeconómicas que hacen imposible un entorno apropiado, cuidados médicos durante el embarazo y buena dieta.
A su vez, esas condiciones pueden generar hipertensión, obesidad y diabetes, que afectan tanto a las mujeres como hombres de la raza negra en EE.UU.
Diferentes estudios registran una prevalencia de hipertensión en la comunidad negra de entre un 40% y un 46%.
Según la Asociación Psicológica de Estados Unidos, el 48% de la población negra es obesa, con las mujeres siendo las más afectadas.
En términos de la diabetes, los negros tienen 60% más probabilidades de ser diagnosticados con la enfermedad que los blancos.
A esto se le añade que 19% de la población afroestadounidense no tiene seguro de salud, una situación que ha tenido consecuencias frente la actual pandemia de coronavirus.
Lo ha sido particularmente en las grandes ciudades como Chicago, donde los negros representan 68% de las muertes por covid-19 a pesar de que constituyen el 30% de la población de la ciudad.
Fuente: www.bbc.com/