La situación de escasez de alimentos, que ya era delicada, empeoró por el cierre de la frontera con China hace casi siete meses y las medidas estrictas de cuarentena para enfrentar el coronavirus.
La escasez de alimentos y el aumento de la desnutrición en Corea del Norte son alarmantes. La situación, que ya era delicada, empeoró por el cierre de la frontera con China hace casi siete meses y las medidas estrictas de cuarentena para enfrentar el coronavirus.
Corea del Norte sufrió una hambruna a mediados de la década de 1990 que habría dejado unos tres millones de muertos. Ese temor está latente hoy más que nunca en la población, que sobrevive como puede.
Los habitantes de la ciudad no habían recibido esos alimentos durante 90 días. “Las raciones para los meses hasta julio se entregaron recientemente todas a la vez”, dio a conocer una fuente en Pyongyang al Daily NK. “Sin embargo, todavía no hay información sobre la asignación de agosto”, agregó, pese a que este mes ya está llegando a su fin.
Hay dos puntos a tener en cuenta al respecto. El primero es que los habitantes no están satisfechos con la cantidad de arroz que les entregaron las autoridades. Distintos informes sostienen que la comida es escasa y deben hacer malabares para que les rinda. Por temor a represalias, no expresan públicamente su malestar.
“La gente en la capital está tan inculcada con la ideología del régimen que cree que la única forma de evitar ser desterrada (de la ciudad) es aceptar cierto nivel de sufrimiento dadas las dificultades que atraviesa el país”, subrayó.
“Los trabajadores de las agencias del gobierno central, el Ministerio de Seguridad Social, el Ministerio de Seguridad del Estado, la Fiscalía y los tribunales, así como los profesores de las universidades centrales (con sede en Pyongyang) recibieron raciones suficientes para 20 días, mientras que sus familias sólo para 15 días de comida“, narró la fuente al Daily NK, que solicitó mantener el anonimato por razones de seguridad.
Fuente: www.infobae.com/