Mientras la pandemia del coronavirus se extiende matando a miles de personas, la mafia de Italia está buscando la manera de ganar millones.
Las autoridades advierten que muchos italianos necesitados sienten que no tienen otra opción que aceptar la ayuda que ofrece la mafia.
El hermano de un jefe del grupo del crimen organizado Cosa Nostra ha estado distribuyendo alimentos a los más pobres en un barrio de Palermo, en la isla de Sicilia.
"Lo hice porque la gente me llama y lloran por teléfono. Dicen que sus hijos no pueden comer", me dijo después de contactarle a través de las redes sociales.
"Hay una mujer joven que me ha estado llamando todos los días. Tiene cinco hijos y no sabe cómo alimentarlos".
Dijo que si ser mafioso [un miembro de la mafia] significa ayudar a la gente, entonces está "orgulloso de ser mafioso".
Un salvador 'encantador'
"Así era exactamente como solía operar", dice Gaspare Mutolo, un mafioso siciliano que se convirtió en testigo clave en decenas de casos contra la mafia.
"Siempre fui encantador", reveló.
"Parecía generoso. La mafia quiere llegar al corazón de la gente, por lo que nunca mostré mis verdaderas intenciones".
"Pero ten en cuenta que fui un criminal que mató a más de veinte personas", recuerda.
Mutolo habló con la BBC desde un lugar secreto donde está bajo protección policial y ahora pasa sus días pintando.
Sus obras a menudo representan tentáculos de la mafia llegando a los barrios.
Insiste en que cada vez que "ayudaba" a una familia necesitada, no importaba quién era.
"Cuando sus hijos lloran porque no hay comida en la mesa o si su negocio está a punto de caer en bancarrota, no piensan en las consecuencias de obtener ayuda de las personas equivocadas".
"Simplemente piensan en sobrevivir", dice el exmafioso.
Antiguos trucos
La distribución de paquetes de comida es una táctica tan antigua como la propia mafia.
"El objetivo es ganar credibilidad y presentarte como una alternativa al estado", dijo Nicola Gratteri, investigador antimafia y jefe de la oficina del fiscal en la localidad de Catanzaro.
La mayor fortaleza de la mafia proviene de tener una base local desde la cual operar.
"En esta crisis de coronavirus, esto va a suceder cada vez más", dijo Gratteri.
Pero aceptar incluso la ayuda más pequeña de un mafioso es extremadamente peligroso.
Ese es el mensaje clave de Enza Rando, que trabaja para una organización antimafia.
"La mafia nunca ha hecho nada por generosidad. Ese concepto no existe para ellos", dijo.
"Todo lo que saben es de acuerdo al dicho "te rascaré la espalda si tú rascas la mía".
Al límite
Marcello* es propietario de un restaurante en el centro de la ciudad de Palermo que ha estado cerrado desde marzo.
"Solo estoy esperando que aparezca un mafioso y me lo compre", dice.
"Estoy seguro de que nunca podré volver a abrir".
Según Marcello, el proceso es muy sencillo.
De vez en cuando, alguien llama a tu puerta y te hace una oferta.
Ahí es cuando puedes negociar el precio.
Luego, alguien transfiere parte del dinero a tu cuenta y obtienes el resto en efectivo.
Este último, es el aspecto más atractivo de la transacción.
Irresistible
"Sería muy difícil para mí rechazar una oferta como esa", admitió Marcello.
"En este momento, mi negocio se está hundiendo. Y cuando alguien te lanza un chaleco salvavidas, puedes elegir ahogarte con tus ideales o nadar".
Inicialmente, la mafia no pide nada a cambio.
Pero estos son favores que todos tendrán que devolver de alguna forma.
Y la mafia siempre vuelve para cobrar sus favores, dijo el exmafioso Mutolo.
Cuando se acercaban las elecciones locales, Mutolo se acercaba a las personas a las que había ayudado y decía: "Ciao bella, ¿te acuerdas de mí? Te ayudé cuando me necesitabas".
"Ahora, te necesito. Y todo lo que pido es que votes a este candidato".
Esta práctica se conoce como "voto di scambio", la compra de votos.
La mafia siempre espera una crisis mundial y esta pandemia global es casi demasiado buena para ser verdad.
Usureros
"Tienen mucho dinero disponible", dijo Mutolo.
"Son mucho más eficientes que el estado cuando se trata de ayudar a los necesitados".
Y eso es exactamente lo que les sucedió a Antonio y su esposa Francesca*.
Son dueños de una carnicería en una pequeña ciudad encalada en Apulia, en el sur de Italia.
Hace varios días, uno de sus clientes habituales entró en su tienda y les ofreció dinero en efectivo para ayudarlos.
De alguna manera, sabía que su negocio estaba pasando por dificultades extremas debido a la cuarentena.
"Nos miramos a los ojos, se nos encogió el corazón e inmediatamente nos dimos cuenta de lo que estaba pasando. Aceptar hubiera sido peligroso", dijo Antonio.
Él y su esposa rechazaron la oferta.
La usura es el negocio principal de la mafia.
Dan préstamos a tasas de interés muy bajas.
Pero el "benefactor" inevitablemente comenzará a mostrar su "cara fea", según el investigador antimafia Gratteri.
"Y luego, comienza una lenta agonía. El objetivo final del mafioso nunca es ganar dinero, sino hacerse cargo del negocio y usarlo para lavar dinero".
Ningún lugar al que recurrir
Desde que comenzó la cuarentena en Italia, el teléfono de ayuda a las víctimas de los usureros ha recibido un aumento de llamadas del 100% según informes, especialmente de pequeñas empresas.
"Si el gobierno italiano no es capaz de ayudar a estas personas, se verán obligados a lanzarse a los brazos de la mafia", dice Attilio Simeone, que trabaja para ese servicio de ayuda.
A medida que el mundo enfrenta su peor recesión desde la Gran Depresión, y se espera que el PIB de Italia caiga un 9,1%, muchos italianos se encontrarán en una posición extrema.
"Este es el momento más favorable para la mafia", advirtió Enza Rando. "En este momento, el tiempo es clave".
Ella, como muchos expertos contra la mafia, insta al gobierno italiano a poner dinero a disposición de las personas y las empresas antes de que la mafia intervenga para ofrecer dinero fácil y en efectivo.
Demasiado poco y demasiado tarde
El gobierno italiano ha dicho que prestará hasta 25.000 euros a las empresas que lo necesiten.
Pero Marcello no tiene intención de pedir un préstamo gubernamental.
"Sería imposible devolverlo. Todas las tiendas que reabrirán tendrán que seguir las reglas de distanciamiento social. Esto significa menos clientes y mucho menos dinero".
Dice que todos los dueños de restaurantes que él conoce sienten lo mismo.
Creen que vender sus negocios a la mafia rápidamente y sin preguntas es su única opción.
"Me siento como un completo fracaso", dice Marcello.
"Siempre he condenado a la mafia, y estoy a punto de traicionar todo lo que creía".
Fuente: www.bbc.com/