El precio del petróleo se desplomó esta semana a niveles históricos.
Por primera vez el valor de venta del crudo estadounidense, que funciona como referencia para los mercados en el mundo, cerró su cotización en Bolsa con un valor negativo (-US$35,22).
Y el planeta fue testigo de otra sorpresa, consecuencia de la pandemia del coronavirus: varios países están pagando para que alguien se lleve los barriles físicos de petróleo que tienen acumulados en sus territorios.
Hay varias razones por las que el precio cayó de esa manera. Por la crisis causada por el covid-19, los principales consumidores de petróleo -como China y EE.UU.- han reducido su demanda energética a niveles mínimos.
Básicamente, hay mucho más petróleo del que se está consumiendo en el mundo: desde la última caída de principios de abril, se venía registrando una sobreoferta de nueve millones de barriles adicionales por día.
Y allí radica otra causa de la caída en el precio: al existir tanto petróleo disponible, algunos países se están quedando sin dónde almacenarlo.
Por ejemplo, la semana anterior, varios analistas indicaron que se había presentado un aumento del 9% en el almacenamiento de Cushing, EE.UU., donde muchas empresas guardan el petróleo que compran para venderlo después, cuando los precios aumentan.
"Que países como EE.UU. se estén quedando sin capacidad de almacenamiento está obligando a que se reduzca aún más la producción de petróleo, que actualmente está en sus niveles más bajos en muchos años", le dijo a BBC Mundo Antoine Halff, director del programa del mercado petrolero en el Instituto de Políticas Globales de Energía de la Universidad de Columbia.
"Los países diseñaron estos complejos para tener alternativas estratégicas si se presentaba escasez o desabastecimiento de crudo, no para una situación de sobreoferta como la que estamos viviendo actualmente”, señaló Halff.
Pero, ¿cómo funcionan estos estratégicos espacios de almacenamiento alrededor del mundo?
En EE.UU.
Las reservas estratégicas, como anotaba Halff, se crearon a partir de una crisis del crudo: la de 1973.
Ese año, a raíz del apoyo estadounidense a Israel durante la guerra del Yom Kippur, la mayoría de los países árabes -los principales productores en el mundo- decidieron no enviar más petróleo a EE.UU.
“Los estadounidenses, por primera vez, vieron que podían quedarse sin petróleo. Ahí comenzaron a darse cuenta de que tenían que hacer algo”, explicó Halff.
Así, lo que comenzó como un experimento casero de familias construyendo tanques de combustible para conservarlo, se convirtió luego en un asunto institucional. En 1975, el gobierno estadounidense estableció la Reserva Estratégica.
Como sede eligió una serie de cuevas revestidas de sal, para proteger mejor los barriles de crudo, ubicada entre los estados de Luisiana y Texas. Actualmente contiene 635 millones de barriles, de una capacidad máxima de 700 millones.
El costo de mantenimiento supera los US$200 millones al año y es la mayor reserva estratégica conocida en el mundo.
A esto se le suman los depósitos de Cushing, en el estado de Oklahoma.
Quienes negocian con petróleo en Estados Unidos suelen guardar en ese lugar el crudo que adquieren, para sacarlo luego a la venta cuando se registran en los mercados a futuro precios más altos.
A diferencia de Luisiana, el petróleo allí se conserva en tanques que son alimentados y por oleoductos que llegan de distintas partes del país. Tiene una capacidad de almacenamiento cercana a los 91 millones de barriles.
Y fue ahí donde se reportó el aumento de almacenamiento del 9% en la última semana, lo que incidió fuertemente en la caída del índice del precio del petróleo estadounidense que sirve de referencia global.
Asia y África
China, a diferencia de EE.UU., no tiene minas de sal donde almacenar los barriles, por lo que ha tenido que optar por construir tanques en distintas zonas del país.
De acuerdo a un informe oficial entregado en 2009, China tendría planeada la construcción de al menos 16 depósitos en distintas regiones.
Algunas de ellas se pueden ver en Google Earth, como las que están en la localidad de Zhenhai, provincia de Zhejiang, sureste del país. Según las últimas cifras conocidas en 2018, se calcula que allí se llega a almacenar una cantidad de petróleo equivalente a 33 millones de barriles.
De acuerdo a un reporte del portal Bloomberg en abril de 2017, se estimaba que China podría tener una capacidad de almacenamiento de 500 millones de barriles, de los que ya habría ocupado unos 400 millones.
“China aprovechó la caída de los precios del petróleo desde 2014 para aumentar su reserva estratégica, con el fin de tener la mayor capacidad de autonomía en caso de que se diera alguna coyuntura”, explicó Halff.
Por su parte, Japón, con una reserva estratégica de petróleo cercana a los 500 millones de barriles, ubicó algunos de sus depósitos cerca del mar.
Uno de los complejos más conocidos es el de la localidad de Shibushi, donde en varios tanques se pueden almacenar unos 27 millones de barriles. Aunque en el país existen cerca de 10 depósito más.
El sistema de tanques en infraestructuras distribuidas en distintas localidades es imitado por países asiáticos como India y Kenia, Malawi y Sudáfrica, en África, así como por la mayoría de países europeos.
Buques tanqueros
La falta de espacio ha llevado a explorar soluciones alternativas.
“No es fácil para los países o las empresas poder incrementar sus depósitos para reservas estratégicas. Por eso, lo que están haciendo es acudir a los buques petroleros, que son una buena alternativa en estos casos”, explicó Halff.
Según la revista Forbes, la demanda por estos supertanques aumentó en un 670% en los últimos días debido a la guerra de precios y los problemas de almacenamiento.
Estos supertanques, muchos de ellos ubicados cerca de los puertos del Golfo de México y Singapur, pueden llegar a conservar hasta tres millones de barriles.
Según analistas consultados por la agencia Reuters, hasta el momento 60 de estos supertanques han sido reservados para cargar el petróleo hasta que el precio del crudo se vuelva a estabilizar.
"El problema con este tipo de almacenamiento es que es más caro que tenerlo en depósitos terrestres. Pero es la alternativa para tiempos inciertos, y en los que es muy difícil que la producción petrolera pueda parar", señaló Halff.
Muchos de estos tanques ni siquiera viajan de un lado a otro, sino que están anclados cerca de un puerto.
Otros países, como Rusia, han dado a conocer otras opciones como los trenes tanqueros, pero hasta ahora no se han dado cifras oficiales sobre su ocupación.
“Lo cierto es que, aunque esta situación no sea para siempre, sí ha replanteado seriamente el uso del petróleo y será una crisis que cambiará la forma en que veamos su uso como fuente de energía para el futuro”, concluyó el experto.
Fuente: www.bbc.com/