Coronavirus: cómo una universidad de EE.UU. previno un brote a partir de las heces de los estudiantes-bbcenespañol.com

En la Universidad de Arizona, el equipo que trata de evitar brotes de coronavirus tuvo una primera victoria aplicando una estrategia poco convencional: analizar heces fecales.

Además de realizar pruebas de covid-19 aleatorias a sus miles de estudiantes, hacer el uso de mascarillas y el distanciamiento físico obligatorio, con el regreso de estudiantes a los dormitorios comenzó la estrategia de análisis en las aguas residuales.

El plan ya evitó un brote la semana pasada.

"Creemos que esta es una herramienta muy valiosa que nos ayuda a estar por delante del virus", dijo el presidente de la institución, Robert C. Robbins, en una rueda de prensa.

Con el regreso a clases de más de 30.000 estudiantes en la ciudad de Tucson, en el suroeste de Estados Unidos, las pruebas preventivas comenzaron la semana pasada, incluido el monitoreo de las cloacas de los dormitorios de alumnos.

El 25 de agosto, el análisis de heces detectó "un incremento en la carga viral que venía en las aguas residuales en una residencia en particular", explicó Robbins.

Los laboratorios de la universidad buscan presencia de ácido ribonucleico (ARN) de SARS-CoV-2, el virus causante de la pandemia de covid-19.

"Hicimos pruebas a 311 individuos de esa residencia, pruebas de antígenos, y encontramos dos casos positivos. Así que aplicamos rastreo de contactos y esos dos individuos fueron puestos en aislamiento", dice el presidente de la universidad.

Los dos alumnos con SARS-CoV-2 eran asintomáticos, lo cual es un reto para las autoridades universitarias que intentan evitar brotes.

Y es que cuatro de cada diez portadores del virus detectados en los campus en el pasado suelen no manifestar síntomas, según Richard Carmona, director de la fuerza de tarea para el regreso de estudiantes al campus.

Los análisis a las aguas residuales de las residencias estudiantiles del 27 de agosto y el 28 de agosto no detectaron presencia del virus. Los test se realizarán varias veces por semana durante el resto del año.

La reapertura de actividades en Arizona había sido cancelada el pasado 30 de junio, cuando ese y otros estados de EE.UU. vieron un gran aumento de contagios de covid-19.

El gobernador Doug Ducey aplicó la medida luego de que el día anterior se dio un récord para nuevos casos confirmados en un solo día de 3.858.

Pero esta semana los números se han reducido a 519 nuevos contagios confirmados el 2 de septiembre. El estado ha acumulado 5.000 muertes desde el inicio de la pandemia.

 

La valiosa información de las cloacas

La estrategia de detección en aguas residuales de la Universidad de Arizona ha sido probada en otros países.

Debido al gran costo que representa realizar test a toda la población, investigadores han recurrido a las cloacas para estimar el número de infecciones por coronavirus en una determinada comunidad.

Estos conductos transportan aguas residuales, recolectadas de las piezas sanitarias de nuestros hogares.

Diversos estudios respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) han demostrado que las heces excretadas por personas con covid-19 contienen trazas de ARN, es decir, el material genético del nuevo coronavirus.

Como dijo a BBC Mundo Jean-Marie Mouchel, profesor de la Universidad Sorbona y experto en hidrosistemas y suelos que ha hecho estudios de cloacas en París durante esta pandemia, en este tipo de estudios no se mide la existencia del virus, sino la presencia de ARN en las aguas con la ayuda de pruebas de PCR, que son capaces de detectar una infección activa.

"Estimamos que podríamos detectar hasta un paciente con coronavirus en una población de 100.000. Esto significa que deberíamos poder medir la presencia de un número muy pequeño de pacientes y esto nos permitiría ver el progreso del virus en una ciudad entera", asegura el hidrólogo.

Esta información resulta útil a la hora de prevenir un brote y les permite a las autoridades sanitarias poner a la gente en cuarentena de ser necesario, como ocurrió en el caso del campus universitario de Arizona.

Sin embargo, una de las deficiencias del método es que por el momento no ofrece un cálculo preciso del número de personas infectadas.

Por eso el grupo de contención de la Universidad de Arizona tuvo que realizar las pruebas a 311 alumnos del dormitorio, quienes además usan una aplicación en sus móviles para rastreo de contactos.

 

 

 

 

Fuente: www.bbc.com/