Desde la producción de automóviles y tractores agrícolas, pasando por la fabricación de aviones de combate, y hasta en la operación de cajeros automáticos: la industria de México y Estados Unidos depende de lo que se fabrica en ambos países.
La maquinaria de intercambio en ambos lados de la frontera había avanzado bien aceitada desde la crisis económica de 2010 hasta toparse con un freno inesperado este año: la pandemia del nuevo coronavirus.
La emergencia sanitaria llevó al cierre de fábricas en ambos países para evitar la propagación del virus entre obreros, pero el avance de la pandemia supuso un punto de inflexión al comercio que el año pasado se cifró en US$670.000 millones, según el Departamento de Comercio de EE.UU..
Un tercio de ese monto corresponde a la producción de manufactura, vehículos y bienes de consumo, los cuales están ahora paralizados en México y de los cuales depende la industria en EE.UU.
Sin los insumos y la fabricación hecha en México, la industria estadounidense está en serias dificultades.
Un ejemplo es la planta de la firma estadounidense Honeywell, en Ciudad Juárez, México, la cual realiza trabajos de manufactura para empresas de EE.UU., entre ellos la fabricación de alarmas contra incendios.
El CEO de Honeywell, Darius Adamczyk, fue uno de los más de 350 firmantes de una carta para el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador que pide la designación de decenas de fábricas y plantas industriales como "esenciales" y que sigan operando.
Pero a las afueras de una planta de Honeywell en Ciudad Juárez, empleados protestaban la semana pasada con carteles que decían que las alarmas no son esenciales y que las vidas sí lo son, ante los riesgos de contagios de covid-19.
"El gerente dijo que somos trabajadores esenciales. No creo que una alarma sea esencial", dijo uno de los trabajadores a la prensa en la protesta.
Diferencias de criterio
El qué consideran los gobiernos de EE.UU. y México como industrias con "actividades esenciales"engloba la mayor parte del problema, tanto de protección sanitaria como de reactivación económica.
Mientras que en EE.UU. varios sectores industriales, como los manufactureros, tienen el beneficio de seguir operando al ser considerados primordiales (aún y con los riesgos sanitarios que plantea), en México no es así.
Firmas tan diversas como constructoras, de fabricación de trenes, de herramientas para la agroindustria, de electrónicos, y hasta de productos médicos, entre otras, han pedido a México que reabra las plantas que los suplen.
También en el sector militar de EE.UU. hay dificultades para obtener suministros producidos en el país vecino, dijo la subsecretaria Ellen M. Lord desde el Pentágono.
"México en este momento es algo problemático para nosotros", expresó Lord al referirse a las dificultades para obtener insumos para la producción de la flota aérea de EE.UU.
"Las fábricas en ambos lados de la frontera tienen que estar trabajando para que esto funcione", dice a BBC Mundo Melissa Floca, del Centro de Estudios estadounidenses-mexicanos de la Universidad de California en San Diego.
La analista avizora problemas de producción en EE.UU. y de empleo en México si esto no es bien resuelto.
Momentos diferentes
Estados Unidos es el país más golpeado por el nuevo coronavirus, causante del covid-19.
Además de lidiar con la cuestión sanitaria, el presidente Donald Trump ha insistido en que una de sus prioridades es reactivar la economía, lo que incluye la reapertura de industrias. Y quiere hacerlo pronto.
En cambio, México recién entró en su fase 3 de la pandemia, la cual prevé un aumento acelerado de casos y muertescon más de 11.000 contagios y 1.000 fallecimientos.
La situación llevó al presidente López Obrador a ordenar el 20 de abril la reducción de actividades, incluidas las de producción industrial.
Las diferencias de tiempos en el avance de la enfermedad son un factor que tiene de momento bloqueado un acuerdo para reabrir el sector industrial, dice el mandatario.
"La epidemia de coronavirus en Estados Unidos desgraciadamente les está afectando mucho, y nosotros también tenemos nuestra política sanitaria", señaló al justificar la no reapertura de la industria en este momento.
Y a ello se suma lo que cada país entiende por "actividad esencial".
La Agencia de Seguridad de Ciberseguridad e Infraestructura de EE.UU. ha definido a las empresas de manufactura entre los sectores vitales de la industria, lo que garantiza su continua operación.
En México no es el caso. El decreto emitido por el gobierno el 30 de marzo incluye a industrias como la alimentaria o la energética, entre otras, pero no las de producción de bienes o la manufactura.
La negativa de López Obrador a reabrir en este momento la industria vino en respuesta a un cabildeo empresarial y diplomático que pide al gobierno mexicano homologar lo que se considera actividades esenciales.
Nerviosismo
Cerca de 350 miembros de la Asociación Nacional de Manufactureros de EE.UU., entre ellos Honeywell, enviaron una carta a López Obrador para pedir la reapertura de plantas industriales y fábricas.
"Estamos profundamente preocupados por los decretos de emergencia de salud (...) que han resultado en cierres forzosos o en la amenaza para las instalaciones de fabricación esenciales de nuestras compañías, así como las de nuestros proveedores", dice el documento obtenido por BBC Mundo.
Esto, añaden, "pone en peligro nuestra capacidad de entregar suministros críticos y elementos esenciales diarios a los ciudadanos de México y América del Norte", resaltando que el problema también implica a Canadá.
Desde México, en la Confederación de Cámaras Industriales también hay llamados similares a homologar los sectores que son esenciales, pues industrias como la automotriz, la aeroespacial o la electrónica corren riesgo de perder contratos y clientes.
"Solo para dimensionar: estamos hablando de US$36.000 millones mensuales de exportación de la manufactura", dijo el directivo de Concamin Eduardo Solís a la prensa local.
Las industrias ligadas a cadenas globales son las que "están sufriendo, porque no son esenciales: su caída es del 100%" de producción, dijo Solís.
A nivel político, el embajador de EE.UU. en México, Christopher Landau, ha tomado el tema como una de sus prioridades.
Definir algo como esencial es complicado, explica Melissa Floca, del Centro de Estudios estadounidenses-mexicanos de la Universidad de California en San Diego.
"¿Necesitamos poner a las personas en riesgo para hacer malvaviscos en este momento? Probablemente no. Pero en la práctica, es difícil mantener el funcionamiento de la cadena de suministro sin abrir todo el sector", dice.
"Si una fábrica hace semiconductores, ¿se utilizarán todos esos semiconductores en dispositivos médicos críticos?", se pregunta.
El reto entonces es grande.
El peso de la economía
La mitad del comercio entre Estados Unidos y México es la cadena de suministro (bienes intermedios), no los productos finales. explica Floca.
"Hay productos finales que son claramente esenciales, como alimentos y suministros médicos. Y hay productos intermedios que también deben ser producidos para crear esos productos finales", señala la analista de la Universidad de San Diego.
El reto es saber qué productos específicos en las fábricas son realmente esenciales.
Datos del Buró de Análisis Económico del gobierno de EE.UU. dan idea de qué tanto está en juego.
En el sector de los suministros y materiales industriales, México exportó a su vecino un monto de US$38.255 millones en 2019, casi la mitad de lo que todos los demás países del continente enviaron.
Pero el sector más importante es el que engloba el automotriz, partes y maquinaria, con un valor de US$138.683 millones el año pasado.
Además, otros bienes de consumo -sin considerar el automotriz y el de alimentos- alcanzaron los US$39.580 millones.
La suma de esos tres sectores representa un valor de más de US$215.000 millones.
Pero también desde el sector militar de EE.UU. ya ven problemas, dijo la subsecretaria Ellen M. Lord: "Estamos viendo impactos en la base industrial por varios focos de cierre a nivel internacional".
"Particularmente notable es México, donde tenemos un grupo de empresas que están afectando a muchos de nuestros principales sectores. (...) Estas compañías son especialmente importantes para la producción de fuselajes para la aviación de EE.UU.", advirtió.
Las proyecciones indican que la economía sufrirá un embate casi en cualquier país por la pandemia de coronavirus, pero la dependencia económica entre México y EE.UU. puede arrastrar a ambos países.
"Nos necesitamos mutuamente", reconoció el presidente López Obrador, pero advirtió que por el momento de la pandemia que vive México aún no se podía llegar a un acuerdo de reapertura.
"Nosotros nos hemos comprometido, sobre todo con los empresarios nacionales, a analizar estas aperturas para poco a poco ir regresando a la normalidad productiva en la frontera", añadió.
Para Floca, en el corto plazo "probablemente será difícil" para las fábricas de EE.UU. encontrar reemplazo para los productos que obtienen de México si hay un cierre prolongado en ese país.
"Esto afectará a las ciudades y regiones de manera muy diferente porque diferentes lugares tienen relaciones comerciales muy diferentes con México", añade.
Para México, esto tiene un potencial de desencadenar el desempleo.
"La economía de México se verá más afectada en un sentido relativo en términos de empleo en lugares con una alta concentración de mano de obra, como las ciudades a lo largo de la frontera", advierte.
Fuente: www.bbc.com/