Es el menor aumento desde noviembre de 2017, con mediciones virtuales y escasa actividad económica por la cuarentena obligatoria.
El Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) dio a conocer hoy la inflación de abril, que fue del 1,5 por ciento, el primer mes que estuvo atravesado en su totalidad por la cuarentena obligatoria a raíz de la pandemia del COVID-19, con pocos comercios abiertos y una medición virtual.
De este modo, acumuló una suba del 45,6 por ciento en los últimos 12 meses.
En ese contexto de parate generalizado, precios acordados, servicios congelados y un muy bajo consumo, el índice del costo de vida fue el más bajo desde noviembre de 2017 cuando el IPC mostraba una suba de 1,4 por ciento
A pesar de tener precios congelados y que la cuarentena, la división Alimentos y bebidas (3,2%) fue la de mayor variación e incidencia en el mes. Los principales aumentos se observaron en rubros con un alto componente estacional como Frutas y Verduras, tubérculos y legumbres. También se observaron alzas en Carnes y derivados; Azúcar, dulces, chocolate, golosinas, etc.
Por el lado de los que bajaron, se observa que la división Comunicación mostró una baja en abril (-4,1%), producto de la retracción en los precios de planes prepagos de telefonía celular y telefonía fija registrado a fines de marzo. Esta división es la de mayor incidencia negativa en el mes y la principal causa de la baja observada en Servicios (-0,2%) y Regulados (-0,7%).
La otra particularidad que tiene este número es que se realizó mediante consulta telefónica, correo electrónico y relevamiento de precios online porque no se puedo realizar el trabajo “de campo” para medir los precios en supermercados o almacenes de barrio por la cuarentena.
De esta manera, el primer cuatrimestre cerró con un incremento del nivel de precios general bastante menor que el que podía proyectarse a fines del año pasado, pero con el riesgo de que la cuarentena dispuesta por la pandemia –sumada a la alta emisión monetaria y a la creciente brecha cambiaria– disparen la inflación en los próximos meses.
El número final quedó lejos de lo expresado por el Relevamiento de Expectativas del Mercado publicado el viernes por el Banco Central en donde el promedio de los 38 agentes del mercado financiero y consultoras que participaron dio una inflación de 2,4 por ciento.
Por el lado de los economistas, la medición no estuvo tan lejos de la realidad. Orlando Ferreres calculó un alza de precios del 0,8%, Seido 1,5%, EcoGo 1,7%, Econviews 1,8%, y Ecolatina 1,9% por ciento en abril.
Aunque el número es bajo, si se lo compara con los países de la región sigue siendo alto. En Brasil la inflación de abril bajó 0,31%, en Uruguay 2%, Chile 1,3%, Bolivia 0,42, Paraguay -0,2%, Perú 0,10%, Ecuador 1% y Colombia 0,36%.
Con tan sólo 10 días bajo cuarentena, la inflación de marzo, que se aceleró respecto de la tendencia que había reflejado en febrero, fue de 3,3% y había acumulado en los últimos 12 meses un alza del 48,4 por ciento.
Comercios cerrados y emisión
Las divisiones Prendas de vestir y calzado y Restaurantes y hoteles contienen rubros que, en su mayoría, permanecieron cerrados; por lo tanto, a fin de evitar distorsiones en el Nivel general, se les aplicó el tratamiento especial.
Para los negocios que permanecieron cerrados al público pero que ofertaron sus productos por canales digitales, se relevaron los precios en forma online o telefónica. En el caso de aquellos negocios que permanecieron cerrados y que no ofertaron sus productos a través de canales digitales: no se relevaron sus precios y, cuando correspondió, se “imputaron o desparticiparon por la variación de los pares o del grupo inmediatamente superior al que pertenecen”. Es decir, se le puso la variación general de cada región. Si el IPC de la región Patagonia fue de 2%, a esos sectores que estaban cerrados se le imputó una suba de 2 por ciento.
“La expansión monetaria de los últimos 2 meses implica un significativo crecimiento de la cantidad de dinero en la economía. Es posible que, mientras duren los efectos de la pandemia, el comportamiento actual del BCRA se mantenga, y que se siga emitiendo para que el gobierno nacional compense la caída de la recaudación y el aumento de gasto necesario para mitigar los efectos recesivos que se irán materializando al salir de la cuarentena”, explicaron Nadin Argañaraz y Bruno Panighel, economistas del IARAF.
“La emisión hoy es necesaria pero el resultado final dependerá de muchos factores, en particular de si el BCRA decide mantener el dinero en circulación una vez que terminen los efectos de la pandemia. También comienza a jugar un rol clave el valor real de las tarifas, que puede significar una disparada de la cuenta de subsidios económicos del Tesoro y presionar a que el BCRA tenga que emitir más pesos en el futuro”, agregaron.
Fuente: www.infobae.com/