El entonces presidente colombiano Juan Manuel Santos resumió la euforia que reinaba en su región en 2011: "esta puede y debe ser la década de América Latina", sostuvo.
Pero este subcontinente que suele desperdiciar oportunidades termina ahora la misma década marcada por un creciente clima de desilusión y hasta con protestas y estallidos sociales en algunos países.
América Latina figura hoy en la zaga de otras regiones en distintos indicadores , desde los que miden la producción hasta los que evalúan la calidad educativa.
En ciertas áreas quirúrgicas, señales ambiguas en estos años.
Por ejemplo, en la lucha contra la corrupción, hubo investigaciones que desnudaron ilícitos de empresarios y políticos, presidentes o expresidentes incluidos en varios países, como el megaescándalo Odebrecht.
Pero también aparecieron sospechas de abusos por parte de algunos jueces y fiscales que combaten esos delitos, el presidente de Guatemala cerró una Comisión internacional contra la impunidad (CICIG, respaldada por la ONU), un modelo para la región, y en diferentes países predominantemente la idea de que empeora la corrupción en el gobierno.
En otros asuntos como los que se enumeran a continuación, hubo retrocesos claros en América Latina entre 2010 y 2019, pero también se registró un avance.
Retroceso 1: Economía
La economía latinoamericana se aceleró con el motor de la Fórmula 1 en 2010, con una expansión del 5,8%. Pero ahora termina la década a velocidad de monopatín.
La tasa de crecimiento promedio de las economías regionales este año será de 0,1% , según proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) divulgadas este mes.
"De proseguir este escenario, el septenio 2014-2020 sería el de menor crecimiento económico en la región en los últimos 40 años", señaló la Cepal en un informe.
Además, las tasas de consumo y PIB per cápita , una pérdida sostenida en la calidad del empleo y un aumento en la tasa de desocupación regional: llegaron a un 8,2% en promedio este año.
Esto significa que actualmente tenemos 25,2 millones de latinoamericanos en busca de trabajo.
¿Cómo es posible que la región haya pasado de aquella bonanza que deslumbraba al mundo al sombrío panorama actual?
Analistas señalan varios motivos, desde la caída de los precios de las materias primas cuyo boom impulsó las exportaciones latinoamericanas en la década pasada, hasta problemas de eficiencia del gasto público y competitividad.
"La región está pagando la cuenta de la crisis global de la última década, el final del gran ciclo de materias primas, y es impresionante cómo no hay un gobierno en América Latina que consiga ofrecer una salida", señaló Mauricio Santoro, politólogo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
"Da la sensación de que muchas veces en América Latina estamos esperando el próximo ciclo global de materias primas, la prosperidad que va a caer sobre nosotros, pero para todas las personas en la región que viven dificultades esa espera no sirve", agregó en diálogo con BBC.
Retroceso 2: Pobreza
Latinoamérica es una vieja fábrica de pobres, aunque eso también parecía cambiar a comienzos de la década con cifras que mostraban una reducción de la pobreza.
Sin embargo, a partir de 2015 aquella tendencia alentadora se revirtió con el fin del auge económico y las dificultades de los gobiernos para financiar programas sociales.
La tasa de pobreza en América Latina pasó de 28% de la población en 2014 a 31% este año, según estimaciones de Cepal.
Esto significaría que hay 27 millones más de pobres y se esfumaron los logros de comienzos de la década, aunque la tasa sigue bastante por debajo del 45% registrado en 2002.
Pero el deterioro fue aún mayor si se cuenta solo la gente que vive en extrema pobreza, es decir, sin acceso a necesidades básicas como comida o techo: llegaron a 11,5% de la población este año, más de dos puntos por encima de los niveles de 2008.
De hecho, del total de personas pobres que América Latina sumó en el último lustro, 26 millones sufrirían de extrema pobreza.
Estas cifras son atribuidas en gran medida a la histórica recesión que la mayor economía regional, Brasil, atravesó en los últimos años y a la feroz crisis económica que padece Venezuela.
En el resto de la región, se lentificó la disminución de la pobreza.
"Nuestro continente tiene que lidiar con algunos dramas estructurales como la desigualdad y pobreza, que son recurrentes: seguimos siendo el continente más desigual, que tiene las mismas estructuras de pobreza que hace 200 años", dijo el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, el mes pasado en una entrevista con BBC.
Retroceso 3: Violencia
Además de ser la región más desigual del mundo, Latinoamérica es la más violenta y se ha consolidado como tal en la última década.
En el continente americano ocurren 37% de los homicidios del planeta, indicó un informe de la ONU en julio. Casi todos se cometen en América Latina, donde vive apenas 8% de la población mundial.
El homicidio en América Latina "puede describirse como una epidemia", indicó Angela Me, jefa de investigación de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc por sus siglas en inglés) que realizó el estudio, a BBC.
Según esos datos, América es la única región mundial donde la tasa de homicidios creció respecto a 1990, pese a que había descendido en la década pasada.
En 2010 el continente americano registraba 15,7 homicidios cada 100.000 habitantes y en 2017 (último año de la medición) la cifra trepó a 17,2.
Solo en Centroamérica la tasa llegó a 25,9 y en Sudamérica a 24,2, cuatro veces más que a nivel global.
México registró el año pasado la mayor cantidad de asesinatos (33.743) desde que tiene registro oficial en 1997. Y al finalizar 2019 se aproxima a ese récord, y hasta podría pasarlo.
Los expertos atribuyen tanta violencia regional a factores como el crimen organizado y las pandillas, el narcotráfico, la facilidad de acceso a armas de fuego, la impunidad y las condiciones socioeconómicas en que crecen buena parte de los jóvenes.
Avance: Protagonismo femenino
Las mujeres ganaron protagonismo en América Latina a lo largo de la última década, tanto en participación política como educativa y en movilizaciones sociales.
De hecho, se considera una de las regiones que más avanzó en igualdad de género en el mundo, aunque se estima que le llevará varias décadas alcanzar la paridad total al ritmo actual de cambios.
El acceso de las latinoamericanas a la educación superior aumentó de tal forma que se calcula que actualmente hay más mujeres que hombres en las universidades.
En política, en un momento de 2014 la región tuvo por primera vez cuatro mujeres presidentas en simultáneo: Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil, Michelle Bachelet en Chile y Laura Chinchilla en Costa Rica.
Al finalizar 2017, Latinoamérica volvió a quedarse sin presidentas electas. Hoy la única mujer que encabeza un gobierno es Jeanine Áñez en Bolivia, aunque lo hace de forma interina.
Sin embargo, hay ocho vicepresidentas en la región.
Y en base a leyes que exigen cuotas de género y paridad, Latinoamérica está a la cabeza mundial en proporción de mujeres en los parlamentos, tras un aumento gradual en los últimos años: en 2018 se volvió la primera región en llegar a un promedio de 30%, según la Unión Interparlamentaria.
Esto es aún insuficiente si se considera que las mujeres son cerca de la mitad de la población regional.
Y en el mundo empresarial, por ejemplo, muy pocas mujeres ejecutivas llegan a las juntas directivas de las mayores empresas latinoamericanas.
Pero los cambios en el ámbito político, universitario y laboral, donde la tasa de participación femenina en América Latina también ha crecido, destacan en una región caracterizada por su cultura machista.
Además, las latinoamericanas se han movilizado en varios países para reclamar sus derechos y poner fin a la violencia de género que sufren desde tiempos históricos.
Las inéditas manifestaciones callejeras de mujeres en la región y sus cantos del himno feminista "Un violador en tu camino" han inspirado causas similares en otras partes del mundo.
"Cuando uno habla de avances, son relativos, pero sí significa que estamos mejor que antes y que tenemos un poco más de instrumentos jurídicos sobre todo", dijo Alejandra Mora, secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, a BBC.
"El gran avance en la región", agregó, "es tener un desarrollo normativo que le permita visibilizar derechos que no estaban establecidos así y exigirlos al Estado".
Fuente: www.bbc.com/