Evitar una propagación aún mayor del coronavirus, esa es ahora una de las prioridades de muchos de los gobiernos del mundo.
Lo es sobre todo cuando los casos de infectados a nivel mundial sobrepasan ya los 127.000 y las muertes por coronavirus se acercan a 5.000.
Desde el miércoles, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera pandemia el brote del covid-19 e instó a los países a "activar y ampliar los mecanismos de respuesta a emergencias".
La primera reacción a esta declaración no se hizo esperar y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el mismo día la suspensión de "todos los viajes desde Europa" hacia su país por 30 días, aunque luego el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) especificó que con Europa Trump se refería a la zona Schengen.
No pertenecen a esa área, pero sí a la UE: Bulgaria, Croacia, Chipre, Irlanda y Rumanía. Y aunque no son de la UE sí son Schengen Islandia, Liechtestein, Noruega y Suiza.
El DHS aclaró también que el veto afecta solo a extranjeros no residentes.
Ante ello, surge la pregunta de cuán efectivo es este tipo de medidas para frenar la propagación del virus.
La decisión de Trump ha sido criticada por la comunidad científica, analistas de seguridad y la propia Unión Europea.
En una declaración conjunta sobre la prohibición de viajar, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijeron que "desaprueban" la decisión.
"El coronavirus es una crisis global, no se limita a ningún continente y requiere cooperación en lugar de una acción unilateral", señalaron.
La OMS reconoce que "en ciertas circunstancias las medidas que restringen el movimiento de personas pueden resultar temporalmente útiles", como cuando China puso en cuarentena a toda la ciudad de Wuhan, donde se inició la pandemia.
Medida ineficaz
Sin embargo, en su guía de recomendaciones de tráfico internacional, los expertos del organismo explican que "en general, la evidencia muestra que restringir el movimiento de personas y bienes durante emergencias de salud pública es ineficaz en la mayoría de las situaciones".
Además, dicen que "las restricciones pueden interrumpir la llegada de ayuda y apoyo técnico necesarios, pueden afectar las empresas y pueden tener efectos sociales y económicos negativos en los países afectados".
La preocupación es que los aviones trasladan a más gente, cada vez más rápido y a más lugares que nunca antes.
Los tiempos de vuelo a menudo son más cortos que el período de incubación de un virus, que en el caso del coronavirus es de hasta 14 días.
Esto significa que un viajero infectado pero asintomático puede volar por medio mundo antes de que se manifiesten sus primeros síntomas.
Sin embargo, explican Lucy Budd y Stephen Ison en un artículo publicado en The Conversation, debe haber un equilibrio entre proteger a un país y no obstaculizar excesivamente los viajes y el comercio internacionales.
También recuerdan que las regulaciones de cuarentena no han sido utilizadas masivamente nunca.
Fuente: www.bbc.com/