La francesa dejará el FMI para dirigir el organismo europeo
a nominación de Christine Lagarde (París, 63 años) para asumir las riendas del Banco Central Europeo (BCE) ha supuesto una sorpresa, ya que su nombre no se estaba barajando entre las apuestas, al menos del gran público. Pero, teniendo en cuenta cómo llegó al cargo de directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), se la puede dar por preparada para este tipo de giros en el guion: la entonces ministra de Finanzas francesa sustituyó de la noche a la mañana a Dominique Strauss-Kahn tras ser arrestado por una acusación de violación. Con buena reputación al frente de la cartera económica, en aquel vertiginoso 2011 no importó que su perfil fuera de política y abogada. Tampoco ha sido inconveniente ahora.
Al asumir la dirección del BCE, la francesa cumplirá un papel al que también está muy acostumbrada: ser la primera mujer en un puesto de ese tipo. Ya fue la primera jefa del FMI y, previamente, la primera mujer que ocupó la cartera de Economía en Francia. Es posible que a partir de ahora en las ruedas de prensa de Fráncfort se hable más del tiempo que nunca, pues no había balance en las reuniones semestrales del Fondo en las que la francesa no recurriese al símil climatológico para hablar de la economía global.
Desde el edificio acristalado que acoge la sede del FMI en la capital estadounidense, a pocos metros de la Casa Blanca, Lagarde tuvo que gestionar el controvertido rescate de Grecia y el enfado de los países emergentes que con su nombramiento vieron una vez más frustradas sus ansias de dirigir el organismo financiero mundial. En estos ocho años, el Fondo también ha aprobado el mayor rescate financiero de su historia, los 57.000 millones de dólares concedidos a Argentina y ha enarbolado la bandera de la importancia económica y social de dar mayor presencia a las mujeres en el mercado laboral y en los puestos de dirección. En los últimos meses, el organismo no ha dejado de advertir de los peligros para la economía mundial del pulso comercial de Estados Unidos con China.
Si, como parece, Lagarde logra ser nombrada presidenta del BCE, la institución se enfrentará también a una situación sin precedentes en su corta historia con dos políticos —Lagarde y el vicepresidente y exministro de Economía español, Luis de Guindos— que deben pilotar la nave en caso de una nueva crisis. Ninguno de los dos ha desarrollado su carrera como banqueros centrales de un país ni tienen formación específica en política monetaria o financiera.
Fuente: https://elpais.com/internacional/2019/07/02/actualidad/1562082074_364718.html