Ricardo Jaime , el ex secretario de Transporte kirchnerista condenado a 8 años por la tragedia de Once, por enriquecimiento ilícito y por haber recibido dádivas, desde el penal de Ezeiza, donde se encuentra detenido. Entre otros conceptos, su situación es producto de " una persecución política " y responsabilizó al presidente Mauricio Macri .
“Se buscó culpar a una gestión de gobierno que, en mi caso, ya no era parte de tres años, está claro que es una persecución a los fundadores del Frente para la Victoria”, declaró el ex funcionario en radio Cítrica.
Jaime, que en las últimas solicitó la prisión domiciliaria debido a problemas de salud, acusando estar en un estado vejatorio en el penal de Ezeiza, determinado que “quedó en los juicios de Una vez que no fue una tragedia, sino un crimen cometido por una persona, que hoy está cumpliendo una condena menor, pero están impunes los autores ideológicos ".
“No tengo dudas de que al tren lo mandaron a chocar" , Aseguró el ex funcionario, y agregó:" Quedó probado en los dos jugos, el tren no frenó en los últimos 800 metros, se estrelló en el final del andén, y el motorista, si se descompuesto o desmayado, lo dicho dicho . La conclusión es ese choque fue a propósito, y lo que ocurrió a posterior, porque el juez (Claudio) Bonadio cerró rápidamente el proceso de instrucción, no investigó ”.
Además de Jaime, fueron condenados empresarios y el secretario de Transporte en aquel momento, Juan Pablo Schiavi.
“Hubo un gran encubrimiento de los motivos verdes de por qué chocó el tren; no se buscaba una tragedia de esta naturaleza, sino llamar la atención, pero la tragedia se dirigió. (Marcos) Córdoba fue al material de autor, pero los intelectuales no fueron condenados ”, insistió.
Ricardo Jaime confesó en 2015 haber cobrado coimas de empresarios a los que controlan desde el cargo de secretario de Transporte que ejerció durante los primeros seis años del kirchnerismo.
Está detenido desde abril de 2016. Además de Once, se envió en el banquillo de los acusados por causas como enriquecimiento ilícito, el suyo y el de sus testaferros, y la compra de trenes chatarra que hizo el Estado en España y Portugal, entre otros expedientes
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